martes, 12 de julio de 2016

LOS OJOS QUE ESCUDRIÑABAN LAS TINIEBLAS.




Caminos difíciles, a menudo conducen a hermosos destinos.

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Esta es una excursión de cinco días por los Pirineos Orientales, que son los que tengo mas cerca de casa, y parte de las cuales puedo verlos cada día. Son las montañas de " detrás del patio de casa ".
En esta ocasión ha sido una corta travesía de ida y vuelta, desde la población de Setcases, hasta el macizo del Canigó, pero en esta ocasión en vez de subir al Pic del Canigó, como mas o menos era mi plan inicial, y como ya lo he subido muchas veces, decidí subir los picos que hay enfrente, la Pica Roja, de 2.724 metros, y el Pic dels Set Homes, de 2.621. Entre estos dos picos, hay varias prominencias que también son picos, básicamente iguales a los dos mencionados. En todos ellos hay un montón de piedras que indican que aquello son cimas, y la sensación que se tiene sobre el terreno es que se suben varias cimas seguidas, todo ello por un terreno de continuas subidas y bajadas, intercaladas con tramos en los que se llanea.
Solo hay un tramo de dificultad moderada, pero con cierta exposición y en el cual no puedes caerte, en la subida al Pic dels Set Homes, pasado ese tramo todo es muy fácil.

Ha sido una salida muy bonita porque me he encontrado con la variedad de climatología que tanto me gusta. Ha hecho un sol radiante con un cielo despejado, y he tenido una tormenta que empezó un día, hacia las tres de la tarde, y continuó intermitentemente hasta media mañana del día siguiente. Después de un intervalo de unas horas, aún tuve otra tormenta con rayos y granizo. Y al día siguiente tuve nuevamente sol y buen tiempo.
Básicamente he estado solo todos los días, he pasado cuatro noches durmiendo en dos lugares diferentes, el refugio de Costabona, a 2.171 metros, y el refugio libre de Marialles, a 1.718 metros, si bien en el primero estuve totalmente solo las dos noches, en el de Marialles, como este tiene un anexo pequeño para un máximo de cuatro plazas, decidí dormir ahí, pero en la parte mas grande dormía un grupo poco numeroso y tranquilo de personas, incluido algún niño y un perro. Tuvieron el detalle de invitarme a unirme a ellos, a la fogata que habían encendido, al vino que traían y al calor humano, pero rechacé la invitación y les dí las gracias por la consideración hacia mi persona.

En la travesía de ida y vuelta, vi a muy pocas personas, las pocas que ví, generalmente iban en grupos de dos personas, y una en solitario, pero este era un deportista de carreras de montaña, que iba en pantalón y manga corta, a unos 2.400 metros, con niebla y algún trueno que ya empezaba a amenazar el día. Casi puedo decir que he visto mas vacas y caballos que personas.
Esta ha sido una salida de esas en que te reencuentras a ti mismo y te llenas de energía, de forma inagotable. Los madrugones se hacían contento y hasta cantando, la mochila parecía que no pesaba, los dolores varios por todo el cuerpo, se vivían como algo natural, y que tienen derecho a existir, los fallos locos de mi corazón no me asustaban, ¿ que mejor que morir en " mis montañas " y lleno de soledad ?, y en otro plano mas sutil, se cumplió un sueño que tuve unos días antes de partir: Conocí a una mujer de rasgos orientales, de un mínimo de sesenta años, que viajaba sola y estaba recorriendo la parte final del GR 10. Se despistó en el cruce de Marialles, y siguió un camino totalmente equivocado. No llevaba mapa, sino recortes de una guía turística, que aquí en el macizo del  Canigó son totalmente insuficientes. Le dejé mi mapa, tomó apuntes y decidió seguir justamente por lo mas difícil. Pese a mis objeciones de que aquello era un camino " too hard and strong ", no le asustó el panorama que tenía delante. Precisamente, ese camino era el que yo haría al revés al día siguiente, la Pica Roja y el Pic dels Set Homes. Teniendo en cuenta de que la mujer iba con una falda larga de color encarnado, y un sombrero de turista playero, ni me imaginaba que aquella mujer podía pasar por ese tramo aislado y no carente de peligros. Pero su manera de mirar el tramo de unos trescientos o cuatrocientos metros de desnivel, por pedrera descarnada, a pleno sol, ya en terreno de alta montaña, y con la niebla que amenazaba subir por la parte contraria de la montaña, me hizo creer que esa mujer había estado en muchas montañas.
......, Y con este mujer soñé unos días antes sin haberla visto jamás en mi vida. Y en ese sueño esa mujer me dijo que nos conoceríamos unos días después, y que yo era un " catalán tonto y que la engañaría ".
Tonto, puede que lo sea un poco, pero eso de engañarla solo puede referirse a que en un principio le dije que la ruta hasta el refugio de Cortalets, que era su destino, era posible. Ella al parecer no tenía ganas de volver a bajar hasta Marialles, y me pidió el mapa para ver si había otro camino. Me preguntó si se podía ir por los picos de enfrente y carenar hasta Cortalets, le expliqué en mi pésimo inglés como se podía hacer, y no tengo nada  claro que lo consiguiese. Ya no la vi mas. Al día siguiente cuando hice esa ruta en sentido contrario, hasta pensé que me la encontraría por algún barranco, despeñada o muerta de frío nocturno, o de golpe de calor diurno......,pero eso por suerte no sucedió.

La cronología de estos cinco días ha sido muy sencilla:

  • Día 1º: Setcases - Refugi Costabona, unos nueve kilómetros, unos mil metros de desnivel, 3 horas y cuarto.
  • Día 2º: Refugi Costabona - Refugio libre de Marialles, unos diecinueve kilómetros, unos seiscientos metros de desnivel, y unas seis horas y media, hechos a ritmo muy tranquilo.
  • Día 3º: Refugio libre Marialles - Cabaña Aragó - Plans del Cadí - Portella dels Trezte Vents - Pica Roja - Pic dels Set Homes - Pla de Guillem - Refugio Marialles. El kilometraje puede rondar los dieciocho kilómetros, el desnivel acumulado unos 1.300 metros, y la duración fue de unas ocho horas.
  • Dia 4º: Refugio Marialles - refugio Costabona, unos diecinueve kilómetros, un desnivel de unos mil metros, y una duración de unas seis horas.
Día 5ª: Un agradable descenso desde el refugio  Costabona hasta Setcases, nueve kilómetros, y unos mil metros ¡¡ de descenso !!.

El peso que llevaba en la mochila el primer día era de quince quilos, mas un litro - kilo de agua. El último día el peso podía ser de unos diez kilos. Hacer constar, que como siempre, toda la basura que generé, la transporté cada día, y el último día la deposité en un contenedor de Setcases. De mi paso por la montaña solo han quedado mis pensamientos, emociones y sentimientos. Han quedado vagando en el aire, y quizás algún montañero y aventurero, los pueda captar y obtener algún provecho de ellos.

Que todos los seres sean felices.







Bajo del autobús que me conduce hasta Setcases, desde la parada hasta donde empieza la subida hay como mucho tres o cinco minutos. Y nada mas empezar a andar, empieza a llover débilmente, y la lluvia durará al menos una hora.
Tardo una hora y media escasa en llegar a la pista forestal, que es el lugar de la foto. Está a unos 1760 metros. Como apenas he comido en todo el día, hago una buena parada para comer restos de un bocadillo, y raciono el agua, ya que por la montaña ya están las vacas y los caballos que ensucian todo el agua. Solo puedo beber agua de fuentes naturales que me encuentre por la montaña.

Mirando hacia el sureste, de donde vengo. Hace rato que ya no llueve y parece que poco a poco el cielo se despeja. Hace una brisa fresca, pero no fría, así que sigo en manga corta sin miedo a resfriarme.
Ahora he de seguir la pista durante unos pocos kilómetros; la pista sube muy suavemente, casi no cansa, solo empieza a molestarme el peso de la mochila. La mochila y las botas las estreno hoy, y para mi sorpresa, la mochila, que pesa ella sola un poco mas de dos kilos, es muy cómoda y hace que mis problemas discales, sean mas leves que con otras mochilas que uso. No pasa lo mismo con las botas, que llevan unas plantillas demasiado finas, y aquí en la pista ya empiezo a tener problemas con mi fascitis plantar, y algún que otro problema " podólogo ", cosa que estos días arreglaré con unas plantillas hechas con aislante para dormir que encontraré abandonado. 


En vez de subir al refugio de Costabona por el camino que empieza en la Collada Fonda, me ahorro al menos media hora de camino subiendo directamente por la canal que baja del Costabona, no hay ningún camino, ni marcas, ni hitos de piedra, pero no hay pérdida posible, todo recto, siempre subiendo, hasta encontrar el refugio.
El refugio está vacío, no hay nadie y está un poco peor que en otras visitas anteriores. Ahora hay una filtración de agua por el muro que se ve en la fotografía, el de la ventana pequeña. Eso quiere decir que ha estado lloviendo fuerte por esta zona.
Antes de acostarme hacia las diez, contemplo unas vacas que están un poco mas abajo del refugio, están super tranquilas, en la subida me las he encontrado de golpe y no me han hecho ni caso. Sobre las vacas haré algún otro comentario mas a mí estilo, porqué con estas vacas también hablaré con ellas por las noches, en realidad algunas de estas vacas me contarán cosas,....., y una de estas  cosas es que las vacas creen en Dios. Cosas que me pasan a mí. Casi puedo decir aquella frase mítica de la película Blade Runner: " Yo..., he visto cosas, que vosotros ( los humanos ) jamás creeríais.
Pero estoy en el Ripollés muerto de cansancio y sueño.

Al día siguiente me levanto a las seis de la mañana, el termómetro marca doce grados, pero hace bastante viento y la sensación térmica es de frío. El día está magnífico, salgo a las siete y media sin ningún tipo de prisa. Llego al Coll de Pal, llego a un riachuelo, donde tomo agua y me pongo en manga corta y pantalón corto. Mientras me estoy vistiendo llegan en sentido contrario una pareja de mediana edad con un perro magnífico, es de raza siberiana o parecido. Me hablan en inglés, pero creo que tienen acento alemán, me preguntan por el Costabona....., jajajajaa...., lo tienen enfrente mismo es inconfundible.

El Costabona visto desde la precaria cabaña de la Mort del Escolá, a casi 2.400 metros.

La cabaña de la Portella de Roja. Está en un lugar muy estratégico, pero tiene dos inconvenientes graves, no hay nada de agua, para encontrarla hay que andar unos veinte minutos, y su interior es extremadamente frío. Recuerdo un mes de septiembre en el que me acerqué al refugio para prepararme un te, y refugiarme del viento a veces huracanado que azotaba el macizo.¡¡ Se me helaron los pies como si estuviese en invierno !! Y tenía que llevar los guantes dentro del refugio porque el frío era penetrante. Y es muy fácil encontrarse el barracón lleno de nieve, incluso a mediados de primavera. En esta ocasión, no obstante, encontré varias mantas nuevas, eso sí, no hay colchones.

Estas rocas blanquecinas forman parte de la Portella de Roja. Este tramo, hasta llegar a la Collada de les Roques Blanques, es uno de mis preferidos de todos los Pirineos. Es un tramo dulce, que no me cansa ni en la subida ni en la bajada.

Mi tramo preferido, y en un día ideal, hacia la derecha los Pirineos ya pierden el carácter de alta y media montaña, por allí detrás, oculta, está la pequeña localidad francesa - catalana de  Prats de Molló, y las montañas del fondo son las que hay antes de Perpignan, también oculto.

Pasado el Coll de les Roques Blanques, y hasta llegar al refugio libre de Marialles, todo es por pista de montaña ¡¡ abandonada !!, no pasan vehículos, y hay un tramo en que la pista está cortada, y no es posible el tránsito en ningún sentido. En el Pla de Guillén la pista está casi borrada, y solo es visible desde las alturas.
En esta foto hago una mirada hacia atrás, el lugar de donde vengo.

El refugio de Pla de Guillém, a 2.275 metros. En la foto sale la mujer de rasgos asiáticos que viajaba sola. Estaba recorriendo el GR-10, pero se despistó en el cruce de Marialles. Tiene como mínimo sesenta años, mejor llevados que yo, que también tengo sesenta años. Lleva una falda larga de color magenta, un sombrero playero, es muy ágil, nerviosa y ríe fácilmente. Está mirando el mapa que me ha pedido y se apunta en un trozo de papel la ruta mas dura para llegar al refugio de Cortalets.
No se si consiguió llegar, o se perdió por el " camino " cresta. Pienso que tendría que haber llamado al refugio de Cortalets para cerciorarme de si llegó, o se perdió por el camino, pero no lo hice, y tampoco me cercioré de si había cobertura, cosa mas que dudable. En todo caso, se del todo cierto, que es una gran mujer, y agradezco a los dioses el haberla conocido por unos buenos minutos.
En este  refugio no hay agua, la única fuente está a unos minutos del refugio, pero casi siempre está seca. Solo hay agua cuando llueve, y no suele brotar mas de un día. Si en esta ocasión hubiese habido agua me hubiese quedado aquí, pese a lo incómodo y precario del refugio, es una base ideal para subir la Pica Roja y los picos cercanos, también se puede subir al Canigó desde aquí, es una larga travesía que anteriormente era una ascensión clásica...., pero los tiempos cambian y ahora es una ruta bastante olvidada.


Cuando salí de casa, la previsión metereológica era tormentas por las tardes durante los primero cuatro días, y buen tiempo a partir del quinto día. En el día de ayer se cumplió a medias, llovió pero no hubo tormenta. Hoy las nubes a mediodía ya empiezan a asomarse por la vertiente este de las montañas. De momento no pueden cruzar la divisoria de aguas, debido al viento que les llega en sentido contrario. Estoy tan convencido de que lloverá, que incluso se lo dije a la mujer mayor de rasgos asiáticos....., pero me equivoqué de pleno, porque hizo un día magnífico. Las nubes no pasaron de la divisoria de aguas y no crecieron lo suficiente...., al menos en esta parte de la montaña, porque puede que por la parte del Ripollés ( esto está en el Rosellón francés ) si que se formen tormentas.

Bella imagen, desde el Pla de Guillem hacia las montañas de la zona del Bastiments. Uso una cámara muy pequeña, ligera y barata. La tengo siempre en auto porque no soy capaz de entretenerme en cada toma para configurar los ajustes.

Llegado al refugio libre de Marialles ( un poco mas abajo está el refugio de pago ) tomó posesión de la parte pequeña del mismo. Estoy el resto de la tarde solo, hasta que llegan dos hombres y una mujer jóvenes, son franceses por supuesto. Ellos se acomodan en la parte grande del refugio.
Al día siguiente me levanto a las cinco de la mañana, a esa hora ya se puede ver algo. Desayuno sin prisas, y opto por arriesgarme y dejar mis bártulos en el refugio, en una ocasión o dos ya los dejé y a mi regrese por la tarde, me encontré todo como estaba. Somos muy pocos en la montaña, pese a ser Julio, la montaña está inusualmente vacía, pienso que quizás tenga que ver las huelgas que hay estos días en Francia. Hasta el refugio llega una pista apta para vehículos, pero solo hay un vehículo aparcado, así que decido arriesgarme, y pienso que si me cogen algo, serán menos peso para el regreso a España.

En la foto la cabaña de Aragó, estaba semiderruida y la están reconstruyendo. Han arreglado la fuente que las vacas estropearon, y lo que es mejor, no están las tradicionales vacan que pululan cada año, y que en una ocasión me hicieron un amago de atacarme. ¡¡ Noto un alivio enorme al no ver ninguna vaca por aquí !!. Hasta podría haber dormido por esta zona. 

Pasado la cabaña de Aragó están los Plans del Cadí desde aquí en vez de seguir para el Canigó giro a la derecha, y me meto en esos plans sin seguir ningún camino porque no lo hay, y tengo mala conciencia de transitar por en medio de tanto verdor. Hay un ríachuelo magnífico y pese a que no tengo hambre, decido parar a desayunar y beber toda el agua que pueda porque a partir de aquí ya no encontraré agua, al menos potable.
Al fondo luce magnífico el Canigó, con la brecha Durier, y su derecha el Puig Sec.
 El Canigó, pese a que desde lejos parece un pico de difícil acceso, a su derecha hay una canal de unos cien metros, de poca dificultad, no pasa de primer grado, con unos metros finales mas verticales, pero que no pasará de un segundo superior. He visto subir niños y hasta perros.

En esta parte de la montaña solo había estado una vez. Estaba acampado en los Plans del Cadí, subí al Canigó muy rápido, creo recordar que en una hora, regresé a mi tienda, desmonté todo el tinglado y subí sin seguir ningún sendero ni hitos de piedra hasta arriba de la carena, y subí por una canal equivocada cargado con una mochila de las mías, creo que rondaría los doce kilos o mas.
Pero en esta ocasión, de golpe encuentro hitos de piedra, que los voy siguiendo y me conducen a la verdadera canal que me conducirá hasta la Portella dels Tretze Vents, y de ahí a los picos que  le siguen.

Aquí me hago un auto retrato antes de subir la canal. No hace nada de frío, pese que son las nueve de la mañanam a unos 2.400 metros. No hay nadie por esta zona, estoy totalmente solo, el tiempo es magnífico, y me invita a adentrarme aún mas en la montaña

La última laguna de esta zona, y de esa agua yo no bebería. Hay un muro de piedra de alguna acampada, el lugar es encantador y especialmente silencioso.

La canal se me atraganta un poco, el sendero es pésimo y resbaladizo. Hasta donde recuerdo, la canal que subí en la otra ocasión costaba menos que esta, y eso que la subí con la mochila. Pero hace tantos años, que puedo tener un falso recuerdo. Antes de llegar al final, queda este nevero de nieve muy dura. Al fondo se puede ver el Canigó.

Por fin llego a la Portella dels Tretze Vents. Pese a que no estoy muy cansado he tenido la sensación de ir muy lento; desde que tengo el corazón loco, en todo momento estoy atento a como late el mismo, y gracias a entrenarme con la bicicleta, usando un pulsómetro, puedo saber de inmediato si llevo un ritmo demasiado forzado para mi corazón.
Ahora toca flanquear por una rocas que se mueven, he de prestar atención, porque aquí un simple esguince,  o un aplastamiento por una roca, estando totalmente solo, puede ser fatal. Aunque en el teléfono móvil llevo varias aplicaciones de geolocalización, normalmente por los Pirineos no siempre hay cobertura de internet ni de telefonía. La aplicación Alpify, funciona con el 112, y necesita cobertura de cualquier operadora, aunque no sea la contratada, pero si no da las coordenadas, porque no siempre aparecen en pantalla, hay que explicar verbalmente, mas o menos la zona por la que se está, y por ejemplo en este caso, el macizo del Canigó es enorme, que puede ser como encontrar una aguja en un pajar, y unido a mi tendencia a usar un equipo y vestimenta de colores neutros, que se mimeticen con el entorno, encontrarme puede ser un poco complicado.
Al fondo se ve la Pica Roja, he de seguir por el espolón rocoso que se ve, y es mas complicado de lo que recordaba.

Una mirada hacia atrás, si no me equivoco, es el Pic dels Gorgs.

Conforme me voy acercando al espolón, me asusto un poco mas. En la fotografía parece tumbado, pero en la parte baja hay un tramo vertical. Voy siguiendo unos hitos de piedra que me conducen hacia lo vertical ¡¡ no puede ser !! no lo recordaba tan difícil...., guardo los bastoness de trekking, y empiezo a subir, que significa trepar por un tercer grado, con una cierta exposición; me paro, no lo entiendo, miro hacia arriba, que parece aún mas difícil, y después miro hacia abajo y creo que hay una especie de  sendero, quizás hecho por los sarrios, bordeando  un barranco. Decido destrepar, llego a lo que parece un sendero, bordeo el barranco con cuidado, supero dos o tres de metros por roca un poco vertical, y superado eso ya todo es muy fácil, es una canal herbosa en la que hay algún hito de piedra. Las sigo, y en menos de lo esperado me encuentro en la cima de la Pica Roja.

En la cima de la Pica Roja, estoy solo, hay un silencio sepulcral. Hace un aire fresco y vivificador, pese a mis sesenta años, me encuentro pleno, un poco cansado, porque ya hace unas cuatro horas y media que estoy andando. Veo la larga carena que he de seguir, son continuas subidas y bajadas, que no cansarían si no fuese por lo extremadamente rocosa que es la zona. He de ir vigilando donde pongo los pies, la hierba escasea y las piernas y rodillas se cansan bastante.

Me hago esta foto con la zona del Bastiments allí al fondo, muy lejos. A la izquierda sale una mariposa, y a la derecha un insecto mas pequeño. La montaña aquí es todo roca, es zona muy seca sin ni gota de agua.

Esta otra foto la hago con el Canigó al Fondo.

Voy siguiendo la carena, paso por varias prominencias marcadas con grandes montones de piedra. En una de esas prominencias recuerdo de otra ascensión, que prácticamente en la misma cima, incomprensiblemente brotaba un poco de agua, pero en esta ocasión estaba totalmente seco.

Llego al PIc dels Set Homes, y hecho un vistazo hacia la bajada, es muy fácil, pero todo por las malditas piedras con cantos agudos, que penalizan el acto de andar. Al fondo se ve el Pla de Guillem, y al fondo de todo la zona del Bastiments.
Esas nubes que al igual que ayer parece que no crecerán y que no me asustan......., de aquí a unas tres horas crecerán tanto que desencadenarán una tormenta de toda una tarde, una noche y parte de la mañana siguiente.¿ A que no lo parece.... ? Son los encantos y sorpresas de la montaña.

En la cima del Pic dels Set Homes, hay un buen redondel de piedras. A pesar de que esta cima solo tiene 2.661 metros, tengo la sensación de ligero mareo de cuando estoy subiendo montañas de tresmil metros. Supongo que es por el sol, que brilla implacable, la nuca me la noto ardiendo y es mala señal.
 Decido hacer una buena parada, lujosa, sin prisas porque la bajada está chupada. Como abundantemente, un poco de todo lo que llevo, salchichón, queso, pan de centeno, galletas, frutos secos, chocolate y una barrita energética. Apenas bebo agua, no tengo sed y aún me queda al menos medio litro, ¡¡ y yo que sufría por si me entraba una sed monstruosa !!. Normalmente tengo por costumbre beber mucha agua por las noches, precisamente por esto, para hidratarme mas de la cuenta, por si al día siguiente no encuentro agua.

Me hago un foto tonta, a mis piernas, las botas que he estrenado y mi sombra de mediodía.

Cuando estoy llegando al final de la bajada, como quien no quiere la cosa, las nubes que no pasaban la divisoria de aguas, ahora si lo hacen, y me encuentro metido en la niebla de golpe, ¡¡ que cambio tan brusco, Good Heaven !! Pero no se cierra mucho y puedo seguir con poca dificultad las marcas amarillas que hay hasta el Pla de Guillem.

Mas o menos cuando ya he encontrado la pista forestal, el cielo se despeja, y bajo los pocos kilómetros que hay hasta el refugio libre de Marialles,  mas bien tocadito por el sol, hasta he de parar en una sombra y remojarme la nuca y la cabeza.
Paso por delante de la cabaña Llipodera, que está a unos 1.800 metros, creo recordar. Muy cerca hay una manada de vacas y varias mas de cabras. Cerca hay una especie de tienda de campaña circular, gigante, de color blanco, que creo que lo usan los pastores, entre ellos una mujer.

Y cuando llego al refugio de Marialles, y como me ha pasado muchas otras veces, la coincidencia de que apenas llevo dos o tres minutos, que el cielo se tapa, y empieza a tronar y a caer algunas gotas. Apenas dos horas antes lucía un día magnífico, son los cambios bruscos de tiempo tan habituales de las montañas.
Por otra parte, por suerte no me falta nada de mis pertenencias. Observo como los dos hombres y la mujer que han dormido en la parte de al lado, se han multiplicado, y ahora son un grupo mas numeroso, con algún niño. Se ven muy buena gente, tranquilos, y por curiosidad, horas después me acercaré hasta la zona de párking, y solo hay un vehículo, lo cual quiere decir que estos han llegado andando hasta aquí.

Con la tontería de la lluvia inesperada, no me ha dado tiempo de ir a la fuente, que está a unos tres minutos. No me he podido lavar ni coger agua para cocinar. Me meto en el saco de dormir, escuchando llover y tronar, y esperando que la lluvia cese, pero hasta tres horas mas tarde no me atreveré a salir del saco e ir a buscar agua. Mientras tanto he echado unos sueñecitos que me han ido de maravilla.
En la foto el chiringuito donde duermo, el suelo mojado es porque resulta que hay goteras en esta parte del refugio.

He de cocinar en esta mesa cochambrosa, pero para comer me siento en la litera de madera......, si mi difunta madre me viese comer y dormir aquí....., y he dormido y comido en lugares peores que este. A veces pienso que si viene un guerra me adaptaría perfectamente a las penurias y necesidades que las guerras provocan.

Llueve y truena casi toda la tarde y noche. Pese a eso paso una noche agradable, escuchar tronar estando en el confort del saco de dormir de plumas, es todo un placer. Son los ruidos temibles de la naturaleza, creo que hay pocos sonidos naturales que intimiden tanto, como son el trueno y el relampagueo sibilante del rayo destructor, millones de kilowatios en una fracción de segundo que pueden fulminar a una persona o animal. El rayo y el trueno han atemorizado a pueblos de la antigüedad, y han alcanzado la categoría de Dioses.

Me levanto a las seis de la mañana, y hoy está todo muy oscuro. He de encender una vela y trastear con la ayuda de la linterna frontal. Llueve sin parar, no con demasiada intensidad, pero el cielo está todo encapotado y negro, y presagia un día de demonios.
Desayuno ligero, hago la mochila cuidadosamente, metiendo en bolsas de plástico, el saco de dormir y todo lo que se pueda mojar y sea vital. Y a las siete y media, los franceses de al lado al parecer siguen durmiendo, un día así asusta a cualquiera. Y salgo lloviendo en la mañana gris. Y pensar que el día anterior me las prometía que el día de hoy sería fácil y agradable, ya que la previsión metereológica para esta mañana era de sol. Tengo un poco de ansiedad por la falta de agua, a pesar de que llueve, al llevar la chaqueta impermeable, se suda mucho mas que si se va en camiseta o con un softshell, y en toda la jornada de hoy, que es larga, solo hay agua llegando al final de la etapa. Hay un lugar en el cual si puedo coger agua, pero me he de desviar unos diez minutos, mas diez minutos de vuelta, y a malas es lo que tendré que hacer.
Empiezo a andar muy despacio, la mochila ya pesa varios kilos menos que en la ida y se nota. A los pocos minutos me encuentro con un rebaño de cabras que lo cuida una mujer de mediana edad, lleva un paraguas enorme y un chubasquero de plástico como hace años que no los veía. A pesar de que cuida cabras, se le nota mas bien cultivada y tiene un físico agradable, no se si en España hay pastoras así.
En un punto dado, he de abandonar la pista forestal, y coger un atajo que sube todo recto. Cuando llevo unos pocos minutos subiendo por el atajo, me doy cuenta que por la pista forestal suben varias personas en mi misma dirección, pero no cogen el atajo.
Acabo con el atajo, y ahora las marcas del GR o quizás PR, siguen subiendo por un caminito de buen andar, cuando llevo unos pocos minutos, me pasan tres personas, son los que había visto subir por la pista forestal, son dos hombres y una mujer, uno de los hombres puede tener perfectamente setenta años, y a pesar del fresco y de la lluvia, va en pantalón corto y capelina. A pesar de que llevan menos peso que yo ( sus mochilas son pequeñas ) admiro a este hombre mayor, porque como mínimo está igual de fuerte que yo, que solo tengo sesenta años. La mujer y el otro hombre pueden tener unos cuarenta años, y por el acento catalán, casi seguro que son de algún pueblo de la provincia de Girona. Y no están solos, porque se paran un momento y llaman a alguien, es otra mujer que va un poco rezagada; mas tarde la veré y me asombrará, primero el color de su pelo, que es como pelirrojo, y después que va en pantalón y mangar corta, y además no usa chubasquero. Yo voy tapado y abrigado como un friolero urbanita.

En este tramo, llegando ya al Pla de Guillem, el cielo parece abrirse un poco, y ya apenas llueve, el grupo que me precede se para para quitarse ropa y capelinas, yo hago lo mismo cuando llego al antiguo refugio del Pla de Guillem, que está a unos cien metros del nuevo, pero no son visibles el uno desde el otro, y eso a pesar de que el terreno es casi llano.
Un poco mas adelante para mi alegría veo que baja agua, donde hace dos días estaba totalmente seco. Bebo de la mía toda la que puedo y lleno mi cantimplora. El grupo que me precede, que en un principio pensaba que iría para Vallter o el Costabona, cruza el Pla de Guillem y baja por la otra vertiente de la ladera, seguramente hacia el refugio Els Estables o El Saqués, que hasta ahí se puede llegar en automóvil desde Prats de Molló. En una ocasión yo también subí al Canigó desde ahí, y al regreso me encontré la motocicleta con la que me había desplazado, con un retrovisor roto y el carenado estropeado. Casi seguro que fueron las malditas vacas.

La mañana se va despejando, pero no del todo, hacia la dirección donde voy está mas despejado y hasta el sol se cuela entre las nubes..., pero mi instinto me dice que no me fíe, que la cosa puede cambiar en media hora.
Llego a la Collada de las Roques Blancas, a 2.252 metros, y paro a desayunar en el mismo lugar exacto donde lo hice a la ida. Me pongo en pantalón y manga corta, para sudar menos, a pesar de los golpes de viento que amenazan con resfriarme.
Estas bonitas rocas blancas me recuerdan un poco a la montaña sagrada de Montserrat, pero en miniatura.

Durante unos buenos minutos el camino va por hierba verde vivificante, muy agradable para andar. Aquí le hago una fotografía a la mochila, es nueva y ha aguantado la lluvia a la perfección, llegaré al refugio Costabona con todo mi equipo totalmente seco.

Una bella mirada hacia atrás, al fondo los picos de Gazimir y el Canigó. Un poco a la derecha el Pic dels Set Homes, y delante mío, mi tramo preferido de los Pirineos. ¿ Quién se burla de estas montañas, diciendo que son montañas para principiantes y jubilados ? Burros los hay por todas partes.

Hay manadas de caballos y cabras, pero no veo ninguna vaca ni toro, y esto es inaudito, es la primera vez que lo veo. ¿ Las habrán prohibido ? En otra localidad francesa de los Pirineos, en Gavarnie, allí las vacas tienen los cuernos serrados, para que su peligrosidad sea mínima. Recuerdo que este invierno, en el PrePirineo catalán hubieron dos ataques de vacas, uno de ellos con resultado de muerte. Este peligro es invisible para los urbanitas que se creen que las vacas son inofensivas y se asustan enseguida, pero si viesen como se convierten las vacas cuando se enojan por motivos que solo ellas conocen, verían que no hay diferencia entre un toro y una vaca enfurecidos.


Y un poco cansado por la climatología, mas que por el pateo y por la mochila, llego al barracón de la Portella de Roja, a unos 2.400 metros. Ya truena muy cerca y cae alguna gota de lluvia suelta. La niebla cubre completamente el pico del Costabona, el Coll de Pal hacia donde he de ir, ni siquiera se ve. Como el sendero está bastante bien marcado, y lo he cruzado numerosas veces, no me intranquilizo demasiado, y decido parar en el barracón para preparare un té caliente, lo necesito urgentemente. Me queda menos de una hora de camino, y como solo es mediodía, me tomaré todo el tiempo del mundo para llegar al refugio de Costabona.
Cuando estoy a pocos metros del barracón, veo que de cara viene un deportista de montaña, pantalón corto, camiseta corta, zapatillas de correr por la montaña, y no recuerdo si llevaba algún tipo de mini-mochila o alguna otra cosa, juraría que no. Nos saludamos débilmente, casi un susurro, y me deja pasmado cuando me pregunta por donde se va a Vallter. Seguro que lo sabe tan bien como yo, pero le indico vagamente " ahora por aquí, hacia la izquierda ". Con niebla es muy fácil perderse por la zona que va a Vallter, el sendero desaparece a ratos, y es muy llano sin ninguna referencia visual. Se contaban muchos historias de gente perdida en este tramo por culpa de la niebla. Incluso para un montañero experto, en un día así, se la juega. Pero no voy a ser yo quien le haga alguna objeción a este deportista de montaña.

Después del merecido te, me tengo que abrigar porque el tiempo ya es mas que frío. Empieza a llover con mas fuerza, y los truenos son mas seguidos. El ambiente es electrizante, la atmósfera es casi mágica, son las fuerzas ciegas de la naturaleza que no perdonan a nadie, todo es cuestión de azar. Así y todo, ¡¡ me encanta estar aquí !!.
Solo tengo algún problema en el Coll de Pal, pero casi me conozco las piedras por su nombre de pila, y alcanzo el sendero que baja hasta el refugio de Costabona. El  viento y la lluvia me enfrían las piernas, y ahora tengo un poco de prisa por salir de aquí. El sendero está muy marcado y es muy fácil....., y incomprensiblemente ¡¡ lo pierdo !! ¡¡ con lo fácil que es !!...., ¿ como he podido ser tan burro ?....Decido bajar montaña a través, identifico una fuente, y se que ahí está el sendero que he recorrido docenas de veces, pero no lo encuentro. Finalmente vislumbro un caminillo, y mas abajo se recorta la silueta del pequeño refugio del Costabona.
¡¡¡ Por fííííínnnnnn......, jodeeerrrrr !!!

A partir de ahora ya es todo cantar y coser, y cantar, la verdad es que estos días canturreo en cualquier momento, mi estado de ánimo me lo pide, incluso hablo en voz alta, que no es lo mismo que hablar solo. Son las cosas de la edad, la edad no perdona.

Una vez mas esas enigmáticas coincidencias, cuando llego al refugio, el cielo se despeja, y en seguida deja de llover, ya solo caen cuatro gotas, que para mí son bienvenidas. Ahora toca comer lo poco que ya me queda, me malpreparo un plato precocinado de lasaña, y una sopa de fideos al curry. De postre galletas de te, mas chocolate, mas una infusión de poleo con leche de almendras. Aquí es todo un manjar, un lujo lleno de calorías y porquerías químicas, que a pesar de eso me dan la energía necesaria para estar y deambular por estas montañas.
La tarde, anímicamente ya tiene todo el aspecto de despedida, es mi cuarto y penúltimo día en la montaña, y gozo y saboreo cada instante, como el que saborea un exquisito chocolate y lo come poco a poco con deleite.

Las vacas están alrededor del refugio, aparte de ellas y yo no hay nadie mas. La vaca de la fotografía me impactó porque daba la impresión de que estaba en una actitud contemplativa, mirando el paisaje con serenidad. ¿ Será una vaca que ha alcanzado el nirvana ? No sería la primera, si hacemos caso de algún maestro hindú.

Cuando quiero ir a buscar agua, me sobresalto al ver a un numeroso grupo de vacas rodeando la fuente, que está a veinte metros del refugio. Están quietas, no beben y me asusta ver que me están mirando, o al menos en mi dirección, y no hay nadie mas. Pienso, o mas bien es la intuición, que las vacas no quieren que coja agua de " su " fuente, porque el territorio de estas vacas son los alrededores del refugio, seguramente desde hace generaciones de vacas.
 Vuelvo a entrar al refugio a esperar a ver si se van, ¡¡ pero que va !! pasados unos minutos siguen de pie, quietas sin hacer ruido. Me intranquilizo un poco, y me vuelvo a meter en el refugio. Dejo pasar unos minutos, y vuelvo a salir, ahora hay menos vacas, está oscureciendo y necesito agua, así que decido ir a por agua con decisión, y me meto entre las vacas. Alguna se asusta un poco y me deja paso, y con un ojo mirando para atrás por si acaso, lleno mis cacharros de agua.

La vaca de la fotografía, tiene cabeza de vaca y cuerpo de toro. Urbes aparte, el resto de su enorme cuerpo recuerda al de un toro musculoso. Puede que esta sea la vaca que lidera la manada

Sobre lo que he escrito al principio de este relato sobre las vacas. Estos días, mejor dicho, estas noches he tenido algún sueño con estas vacas. Con ellas, y con casi cualquier animal, me comunico en sueños como lo hago con las personas. Tienen mente y personalidad como las personas, o humanos, que también somos animales mamíferos.
En uno de estos sueños, recuerdo claramente que me desperté del sueño, porque escuché una conversación entre varias vacas, y una frase me dejó tan perplejo que me desperté de inmediato, y por eso la recuerdo tan claramente. Una vaca le decía a otra que no podían " hacernos daño a los humanos, porque Dios las castigaría ". En ese punto yo perplejo ante la inaudita conversación, me metí en su sueño y le pregunté a que Dios se refería, y si sabía lo que era Dios. Me constestó que " por supuesto que sabían que Dios existía, que era el Amo que las había creado ". En ese punto llegué a captar el estado mental, espiritual de la vaca, y tenía mucho de fusión con la Naturaleza, de paz profunda, de instintos puros. El tono mental de la vaca era el de una persona joven.
Este sueño que parece tan tonto, a mí me ha marcado muy mucho, ha sido una auténtica revelación, las vacas, y puede que otros muchos animales " saben que Dios existe ".

Otros sueños que recuerdo con las vacas, es que me contaban que las de allí todas eran familia, supongo que madres, hijas, tías, sobrinas, primas, etcétera.
A alguna les gustaban los humanos, su compañía, otras en cambio decían que si querían nos harían daño porque ellas tienen cuernos y son mas fuertes que los humanos, a los cuales ven débiles y raros. No entienden el porque andamos erguidos, ellas " saben " que somos los únicos animales que lo hacemos. Saben que usamos ropajes, porque los necesitamos por el frio, y que somos inteligentes y que sabemos fabricar objetos.
Recuerdo a una que decía que yo le gustaba y que le gustaría que fuese su amo, o pastor.
También recuerdo una discusión entre ellas, discutían sobre el agua y la fuente del refugio, una culpaba a otra de ensuciar la fuente con sus excrementos. Al parecer las vacas son muy limpias y tienen sus códigos de conducta, al igual que los humanos.

Y días después ya de regreso a casa, aún tuve un sueño con alguna de estas vacas. Esta vaca, me reprendía porque me había marchado de la montaña y no había vuelto. Yo le explicaba los motivos, y ella no entendía nada de lo que le decía, no sabía nada de las complicaciones ineludibles de la vida social de los humanos y sus laberintos cotidianos, y acabó preguntando, " ¿ Cuando te veré ?".

Así son mis " sueños ", así los cuento.

Luz crepuscular, que tanto me recuerda a los cementerios tranquilos. La sensación que me transmite es: " La vida en la Tierra se acaba, lo has hecho muy bien, te espera un mundo lleno de paz como recompensa a tus sufrimientos en esta vida ".
Y con toda la paz del mundo, voy a dormir sereno.Estos días he hecho un buen trabajo, todo me ha salido bien, ha sido un dejarse fluir por los acontecimientos, y meterse de lleno en ellos, vivir todo como algo natural, como las nubes surcan el cielo sin tener intención de hacerlo, los mecanismos naturales las empujan suavemente como en un engraneje perfecto, del cual nada se puede escapar.
 Anímicamente estoy perfecto, pese a que el corazón me está latiendo un poco descontrolado. Pienso que quizás he comido demasiada sal, y no le doy mucha importancia. Literalmente no me quita el sueño, porque duermo muy bien, y no me levantaré hasta las siete de la mañana

Último y magnífico día en la montaña,  que se me hará muy corto, mas tarde tendré que esperar varias horas en Setcases esperando el autobús, y me arrepentiré de no haber alargado la ruta hasta Llanars y Campodrón, que no me llevaría alargarla mas de dos o tres horas, y desde ahí tendría un autobús cada hora.

La mañana es radiante y resplandeciente, la lluvia ha dado un verdor intenso al bosque, la hierba brilla, los cencerros de las vacas son sonidos naturales, armoniosos, y me sabe hasta mal irme de aquí. Saboreo el momento y me preparo anímicamente para abordar mi vida rutinaria, rodeado de gentes mezquinas y zafias, en el maldito pueblo donde los Dioses me han abandonado. Cambiar el chip mental, es algo que he de hacer en cada salida a la montaña, y mentalmente me voy adaptando poco a poco, en cuestión de horas. El largo y pesado viaje de varias horas, hasta la localidad de locos y prostitutas donde vivo, hace de transición de mi bienestar en la montaña, a mi malestar de los bajos fondos rurales en los que estoy inmerso, rodeado de cobardes, traicioneros, dementes, analfabetos, indigentes culturales, indigentes morales, calumniadores y prostitutas. No se si es posible mayor contraste de ambientes.

Abajo de todo ya se ve Setcases, ahora toca una bajada de unos quinientos metros de desnivel, por un camino muy poco transitado, está lleno de hierba sin pisar, lo que quiere decir que puede que desde que pasé hace cinco días, no ha pasado nadie mas. Y es un camino precioso, como se puede obsevar en la fotografía.

Apenas son las once de la mañana, y ya estoy en Setcases, el autobús no sale hasta las tres y media, lo que quiere decir que no sabré como matar el tiempo. Lo primero me dirijo hacia esta bonita fuente, la font del Boixat, que es donde tenía previsto asearme, y preparar bien la mochila para el viaje.
La fuente está a pocos minutos del pueblo, pasa algún grupo de turistas, y he de esperar a que no haya nadie, para quitarme la ropa, lavarme, a mi gusto demasiado deprisa, ponerme algún potingue de higiene personal y vestirme con ropa limpia. Dejo mi equipo al sol, para que se airee, no tengo prisa, y cuando me viene bien, empaqueto mi mochila con cuidado para que quepa todo bien, ropa sucia abajo de todo, y partir de ahí, saco de dormir, etcétera. De comida ya solo me quedan dos barritas energéticas, pero si hubiese tenido comida abundante no hubiese tenido mucho reparo en ponerla cerca de la ropa sucia. En la montaña, la higiene y el aseo se han de sacrificar, si se tienen ascos, no se podría hacer actividad de este tipo. Eso sí, en mi casa sería incapaz de ser tan guarro.

Cuando son las doce, voy a comer algo a un hostal en el que ya he estado otras veces. Pido un bocadillo de lomo. He de esperar a que el personal de cocina termine de ver la televisión y almorzar en una mesa cercana, para que me lo preparen, y cuando me lo sirven en pan con tomate con rebanadas grandes de pan de payés, veo una carne, cuyo olor y textura, me es totalmente desconocida. Está aderezada con sal extra - gruesa, que es lo peor para mi corazón, pero un día es un día, y ataco con hambre la comida. La carne es buena, nunca la había probado, y  primero pienso, que casi seguramente es carne de sarrio, lo que aquí, en Cataluña llaman isard. Pero tiene un sabor demasiado fuerte, y después pienso que hasta puede que sea carne de jabalí. En todo caso, no le hago ascos, ya que me entra todo lo que como y bebo.

Mas tarde, haciendo la digestión sentado frente a la iglesia del pueblo, me da por mirar el cambio que me han dado en el hostal, y me percato de que me han cobrado menos de lo esperado, creo que se han equivocado, y el bocadillo de lomo me ha salido gratis....., pues no me voy a molestar en ir a aclarar el asunto.

Para llegar a la iglesia, he de recorrer muy pocas calles, me despisto un poco, pero no hay pérdida posible.

La bonita fachada de la iglesia de Setcases, está dedicada al Arcángel San Miguel, que es una figura mítica- religioso- cultural, por el cual siempre he sentido simpatía. La iglesia es del siglo XVII y está construida sobre una mas antigua del siglo XII, y mas bien necesita alguna reparación, no da la impresión de que la cuiden mucho, ni se gasten mucho dinero en su mantenimiento.
Estuve algo así como una hora sentado a la sombra, en un banco muy incómodo que hay enfrente de la iglesia. Es un lugar que a mí me da tranquilidad, creo que no vi pasar a mas de diez personas, supongo que todos turistas como yo.

Personalmente, las iglesias y ermitas románicas me encantan por la sensación de sencillez y al mismo tiempo solidez que transmiten. Son la antítesis de las iglesias barrocas, tan recargadas de objetos de culto y decoración brillante. ¡¡ Aborrezco los crucifijos con un hombre en paños menores, crucificado, sangrando y con cara de tormento y sufrimiento !! Lo que menos transmite es un mensaje de " paz y amor ". Por contra, las ermitas románicas, pequeñas, perfectamente adaptadas al lugar donde están construidas, normalmente en lugares bellos y telúricos, me hablan directamente al corazón, hacen que el personaje social, la mente, se calle, y se despierte el alma tranquila que está detrás, apagada por el personaje egoísta y tonto.
Le debo mucho a las ermitas románicas, algunas de ellas han acogido mis momentos de recogimiento interior. En alguna de ellas ha sucedido ese dicho: " Cuando la Tierra llama, el Cielo responde ".

Y acabo el relato con una fotografía mientras estoy sentado enfrente de la iglesia. Limpio de cuerpo y alma, con las energías renovadas para un tiempo largo, satisfecho conmigo mismo, en paz con Dios, y dando gracias a los dioses por haberme permitido vivir unos días tan bonitos.

Que todos los seres sean felices y encuentren la paz interior.